Los estudiantes de secundaria se van al final de su jornada escolar en Beijing el 12 de junio de 2020. AFP


Las autoridades de Pekín instaron este martes a sus residentes a no salir de la ciudad y ordenaron el cierre de todas sus escuelas de nuevo, para intentar contener un rebrote de coronavirus en la capital china de 21 millones de habitantes.

El ayuntamiento pidió a los residentes evitar los viajes "no esenciales", en tanto que quienes viven en zonas de "riesgo alto o medio" de infección tienen totalmente prohibido abandonar la ciudad.

"Cualquier persona que deba salir de Pekín deberá entregar un certificado que pruebe haber dado negativo en un test realizado en los últimos siete días", indicó Chen Bei, secretario general adjunto de la alcaldía de Pekín.

Un trabajador de la salud que usa un traje protector toma una prueba de hisopo en una mujer, para aquellos que viven o visitaron el Mercado Xinfadi, en Beijing el 16 de junio de 2020. AFP


La comisión de educación local anunció el cierre de todas las escuelas, colegios y universidades, la mayoría de los cuales habían reabierto, y los alumnos retomarán sus cursos en línea.

La semana pasada se detectó un nuevo foco de coronavirus en Pekín y ya hay más de un centenar de casos registrados.

"La situación epidémica en la capital es extremadamente grave", dijo Xu Hejian, portavoz del ayuntamiento, que habló de "carrera contrarreloj" contra el coronavirus.

Los residentes que viven o han visitado el mercado Xinfadi, un mercado de alimentos al por mayor donde ha surgido un nuevo grupo de coronavirus COVID-19, esperan en la cola para hacerse la prueba de la enfermedad en Beijing el 16 de junio de 2020. AFP


La ciudad empezó a hacer decenas de miles de pruebas, pese a que la enfermedad, que apareció en China en diciembre pasado, había prácticamente desaparecido.

El ministro de Sanidad anunció el martes 27 nuevos enfermos en Pekín, lo que lleva a 106 el número total de casos registrados desde hace cinco días en la ciudad, donde desde hacía dos meses no había contagios.

El nuevo brote surgió en el inmenso mercado al por mayor de Xinfadi, en el sur de Pekín. También se registraron varios casos en otros mercados, ahora cerrados.

El ayuntamiento ordenó el confinamiento de unas 30 zonas residenciales. Sus miles de habitantes no tienen derecho a salir de ellas, pero pueden recibir comida.

Aunque en Pekín solo hubo nueve muertos desde diciembre por la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo seguir "muy cerca" la situación y habló de enviar más expertos a la ciudad, ante el temor de una segunda ola epidémica.

- "Miedo" -

Pekín tiene capacidad para hacer test a más de 90.000 personas cada día, según la agencia de noticias Xinhua. Las autoridades municipales quieren hacer test a todos los vendedores de los mercados y responsables de restaurantes.

Zhao Honglei, encargada de una tienda de comestibles, dijo a la AFP que sus 13 empleados dieron negativo.

Sus clientes parecen tranquilos pero Zhao explicó que los pedidos en línea se multiplicaron en los últimos días. "La gente tiene miedo de encontrarse en tiendas llenas donde podrían contaminarse", dijo.

El lunes el ayuntamiento cerró los lugares deportivos y culturales. Varias ciudades chinas anunciaron la puesta en cuarentena de viajeros procedentes de Pekín.

- Restaurantes desinfectados -

El ayuntamiento afirma haber desinfectado 276 mercados y 33.000 restaurantes o comercios de alimentos, y cerrado 11 mercados.

Siete zonas residenciales se sumaron este martes a las 21 que ya estaban confinadas. Pero estas medidas solo afectan a un pequeña parte de la población de Pekín.

"Este rebote epidémico quedará probablemente controlado rápidamente; porque China hizo un buen trabajo comparado con los países extranjeros", dice Wu Hulin, un empleado de 23 años del sector tecnológico.

Desde el 30 de mayo, unas 200.000 personas visitaron el mercado de Xinfadi, donde el virus fue descubierto en planchas donde se cortaba salmón importado.

Más de 8.000 empleados del lugar, que proporciona el 70% de las frutas y verduras que se consumen en Pekín, pasaron test y fueron puestos en cuarentena.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) afirmó que la cepa descubierta en el mercado corresponde a una frecuente en Europa.

Peo esto "no basta para certificar que proviene de productos del mar de importación", dijo el epidemiólogo jefe del CDC, Wu Zunyou. "Solo pudo venir de una persona contaminada", aseguró.